
Amar la naturaleza
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Propósito
Proyecto Amar la Naturaleza
Un 80% de la isla de Madagascar está deforestada.
Si no se revierte, el futuro en la isla es incierto, ya que existen talas ilegales y quemas descontroladas y se usa madera para cocinar y calentar por falta de electricidad y gas.
Los patios de las escuelas son baldíos; no se cuida la naturaleza.
Hay que hacer querer la naturaleza a los niños como primer paso para que tomen conciencia de la necesidad de esta.
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Acción 1 y su impacto
Proyecto Amar la Naturaleza
Fue nuestro primer proyecto en colaboración con la dirección y el profesorado de la escuela pública de Andingadingana, que es muy pobre. La finalidad era que los niños aprendieran a amar la naturaleza y disfrutaran.
Cada clase fue asignada con un jardín y lo cuidó durante el curso 2019.
Se premiaron a los dos jardines mejor cuidados y al año siguiente los premiados del primer y segundo año, se les invitaba a visitar un parque natural. Pero con Covid la actividad quedó truncada.

Se implicaron las familias y se hizo eco por los medios locales.
Ahora ellos espontáneamente siguen haciendo jardines: el pozo ha ayudado (ver siguiente proyecto)
Estamos buscando otras escuelas con directivos comprometidos, para replicar el proyecto "Amar la Naturaleza"
El impacto ha sido de concienciación en cuatro ámbitos:
1. Sobre la población de Ambatondrazaka, ya que se difundió por los medios locales la actividad de trabajo en
el jardín entre padres e hijos.
2. Sobre los niños de la escuela de Andingadingana, más de quinientos.
3. Sobre muchas de las familias de los alumnos y los
maestros, que colaboraron.
4. Sobre les escuelas del entorno, que han empezado a hacer jardines en los patios
Durante 2025 realizaremos este proyecto en la escuela de Amparabonga, con 1700 alumnos y en los que en 2024 ya hemos ayudado a construir dos pozos a partir de los agujeros que había en el suelo. (ver Acció 2)
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Acción 2
Construcción de un pozo
La escuela de Andigandigana no tiene electricidad ni agua.
Quisimos dotar de agua a la escuela de manera que se pudieran cuidar los jardines y, además, educar en higiene, construir letrinas y facilitar el acceso a agua potable durante la jornada escolar.
La escuela de Amparabonga con 1700 alumnos, y también sin agua corriente ni electricidad, tenía dos agujeros en el suelo por los que sacaban agua, con un gran peligro para los niños. Desde Edugascar hemos transformado los agujeros en dos pozos.
Todas estas acciones las hemos llevado a cabo en colaboración con el Ministerios de Educación.

